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¿Qué es la ansiedad?

estres

Para contestar qúe es la ansiedad es importante que te tomes tu tiempo en comprenderla, estudiarla y conocerla. Cuanto más la conozcas menos miedo le tendrás. Recuerda siempre que la ansiedad en un grado moderado puede ser muy beneficiosa y adaptativa. Es una respuesta normal que nos ha ayudado a evolucionar como especie.

No obstante, La ansiedad se está convirtiendo en un problema cada vez más normal en los inicios del siglo XXI. Vivimos en una sociedad que se hace cada día más compleja y que nos exige cada vez más. Donde las equivocaciones pueden ser muy perjudiciales y pueden ponernos en peligro de alguna forma, ya sea real o percibida. La preocupación de estar expuestos a situaciones que pueden dañarnos y que no podemos evitar son la semilla del estrés y la ansiedad.  La ansiedad se hace algo habitual para muchas personas y deja de ser una sensación adaptativa para convertirse en patológica.

“La ansiedad es la característica mental más destacada de la civilización occidental.”

R. R. Willoughby.

Definición de Ansiedad

dolor de cabeza

La ansiedad procede del latín «anxietas». Nos describe a una persona con una gran intranquilidad, mucha preocupación y gran desconfianza. Se anticipa un peligro inminente y se tienen muchas dudas sobre la propia capacidad para afrontar la situación.

La ansiedad ha tenido un papel adaptativo muy importante en la evolución del ser humano. La sensación de ansiedad nos induce a estar más alerta, ser más observadores y cuidadosos, nos ayuda a solucionar problemas o evitarlos. La ansiedad sana hace que seamos más eficaces y que evitemos situaciones potencialmente peligrosas. Cuando es constructiva nos ayuda a solucionar problemas de manera permanente y a tomar precauciones adecuadas.

La ansiedad es una sensación plénamente normal que nos ayuda mucho en nuestra vida. Hablamos aquí de una persona que «a veces» está en un estado de ansiedad. Cuando la ansiedad se establece en nosostros y se convierte en un rasgo de nuestra personalidad nos advierte te un problema. Si llega a afectar a nuestro comportamiento, nos condiciona y altera nuestras decisiones, se convierte en patológica. Se trata de una ansiedad que no podemos liberarnos de ella aunque queramos.

La ansiedad es un estado mental que se manifiesta con una gran inseguridad y falta de confianza. Se muestra por una pronunciada inquietud y una intensa excitación.

Diferencias entre estrés y ansiedad: pulsa aquí

“La preocupación no elimina el dolor del mañana, sino que elimina la fuerza del hoy.”

Corrie ten Boom

Origen de la ansiedad

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El ser humano nace con seis emociones básicas. Son innatas y las experimentamos todos sin excepción y sin apenas variaciones. Son adaptativas y muy beneficiosas para nuestra evolución como especie. Se caracterizan porque producen sensaciones físicas intensas pero de corta duración; minutos, como máximo hora y media aproximadamente. Se pueden clasificar entre las agradables, neutras o desagradables.

La alegría es sin duda una emoción agradable que a todos nos gusta experimentar y que tiene un maravilloso efecto sobre nuestro organismo.

La sorpresa, se clasifica como emoción neutra, y no nos transmite una emoción muy definida hasta que no identificamos qué es lo que se nos presenta. Al ser humano no siente predilección por las sorpresas.

Dentro de las desagradables encontramos cuatro emociones; enfado, tristeza, asco y miedo. En sí, no son ni buenas ni malas, tan solo nos permiten relacionarnos y adaptarnos a nuestro medio.

El miedo cumple una función muy importante que nos suele conducir hacia la evitación. Lo que tememos solemos evitarlo y eso nos puede salvar la vida. Por ello es normal que le tengamos “respeto” a las alturas o nos distanciemos de una serpiente. El miedo es muy eficaz para evitar una situación peligrosa “antes” de que suceda.

El miedo nos advierte de un potencial peligro y nuestro cuerpo se estresa, preparándose para afrontar el peligro o para salir corriendo. Lo normal es que si nos topamos con un león salgamos corriendo. Si no podemos evitar el peligro nos enfrentemos a él, ya sea activa o pasivamente.

El problema reside cuando mantenemos la sensación de miedo y la alimentamos con pensamientos cuando ya no hay un peligro real. El resultado de esta ecuación es la sensación de ansiedad.

“Miedo + pensamiento de preocupación + tiempo = ansiedad”

Miguel Ángel Cueto

Modelos psicológicos que explican la ansiedad

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Existen muchos modelos o enfoques que intentan dar explicación a la ansiedad. Según la escuela de psicología que tengan los psicólogos lo interpretarán de una forma u otra. Mi opinión es que todas tienen sus razones y que dependiendo de cada paciente nos resultará más adecuado un enfoque determinado. Recordemos que cada persona es un mundo y una técnica puede resultar muy adecuada en unos casos y en otros casos resultar ineficaz. Será el terapéuta el que deba calibrar la técnica adecuada para cada persona y cada «momento específico». A continuación voy a resumir «algunos» de los principales modelos.

1 – Modelo de evitación de la preocupación

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Según esta visión la preocupación se produce cuando no puedes resolver una situación con el pensamiento. Ante este fracaso cognitivo se quiere evitar las emociones desagradables que se producen al confrontar el miedo.

Este modelo enfatiza la evitación de la ansiedad. La preocupación es un proceso normal ante el afrontamiento de una amenaza. Debemos decidir si nos enfrentamos a dicha amenaza o la evitamos. Al pensar en resolver un problema, de hecho, ya lo estamos afrontando de alguna manera. Aquí se desea evitar la experiencia, las sensaciones de la ansiedad, y esto pasa a ser la preocupación. Lo curioso es que esta preocupación por la evitación de las sensaciones internas se convierte en una fuente de experiencias desagradables. Se entra así en un bucle que se retroalimenta.
Otra posibilidad es que la persona se preocupa por problemas poco probables para evitar hacerlo por problemas reales e importantes. Por ejemplo, cuando nos preocupamos excesivamente por nuestro trabajo para evitar preocuparnos por la relación con nuestra pareja, que es imposible de solucionar.

“Vaya al corazón del peligro, pues allí encontrará la salvación.”

Proverbio chino.

2 – Modelo de intolerancia a la incertidumbre

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Aquí las personas desarrollan una ansiedad excesiva ante las situaciones con incertidumbre al responder a éstas con una preocupación crónica. El pesimismo se instaura en la persona y responde con frustración ante el mínimo problema.

“La intolerancia a la incertidumbre parece ser el factor central implicado en los elevados niveles de inquietud.”

Michael J. Dugas.

Según este modelo la incertidumbre, la duda, es lo que causa mayor preocupación en la persona. Ante la falta de control, de certeza, la persona reacciona con una gran ansiedad debido a la gran preocupación que le produce el no saber con seguridad algo. Para éstas personas es más tolerable una mala noticia sin lugar a dudas que la posibilidad incierta de una mala noticia. Un ejemplo: para las personas ansiosas es preferible la certeza que se tiene una enfermedad grave a la posibilidad, la incertidumbre, de tener una enfermedad grave. Hay una predisposición a ver las situaciones como amenazantes si no se tiene un plan bien definido para cada situación. Debido a que existen muchas variables para cada situación la persona se agota al intentar tener un plan adecuado para cada posible escenario.

«Cuando uno siente un gran temor de lo que es inminente, uno siente cierto alivio cuando el problema ha llegado.»

Joseph Joubert

3 – Metacognitivo

descubriendo la naturaleza

Según este enfoque se piensa rígidamente que la preocupación es buena para solucionar problemas o evitar posibles amenazas produciendo dos tipos de preocupación:
– Tipo 1 : Cuando la persona cree que preocuparse va ayudarle a resolver el problema. No se somatiza físicamente y el problema puede solucionarse o no.
– Tipo 2: En este caso la persona durante la preocupación tipo 1 comienzan a preocuparse de que la preocupación se le pueda ir de las manos y que pueda ser peligrosa.  Estamos hablando de una metacognición, de la preocupación a la preocupación.

«Tal vez la ansiedad sea en cierto sentido un lujo: una emoción que solo podemos permitirnos cuando ya no estamos preocupados por el miedo real»

William James.

4 – Modelo de Desregulación de la emoción

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Según este modelo la persona con trastorno de ansiedad experimenta emociones más intensas que la mayoría de las personas. Gestiona peor sus emociones. Son más sensibles a las emociones y las pueden considerar una amenaza. Su sistema emocional no es suficientemente adaptativo y las estrategias del manejo de la ansiedad son poco útiles.

¿Mi ansiedad no podría ser una reacción humana normal ante la vida, aún cuando esa reacción sea tal vez más aguda en mí que en otras personas? ¿Cómo se traza la distinción entre lo que es “normal” y lo que es “clínico”?

Scott Stosse

5 – Modelo Psicoanalítico

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Aquí la persona puede manifestar miedo al tener que tomar una decisión. Se produce ansiedad pero ésta desaparecerá cuando la situación que la produjo deje de existir. Sin embargo, la angustia proviene del interior de la persona. No hay nada externo que la provoque. La ansiedad se plasma en el cuerpo mediante síntomas definidos como palpitaciones, opresión en el pecho, sensaciones en la piel… La angustia, crea el sufrimiento mental, como síntoma de la existencia de conflictos internos que se reprimen y que no se les permite aflorar a la consciencia. Si la angustia se hace excesiva, afecta al normal desarrollo de nuestras vidas y se convierte en patológica.Creencias, traumas vividos en la infancia o adolescencia pueden quedar mal cicatrizados siendo una fuente interior de malestar. Sentimos angustia que nos impide disfrutar de una vida plena pero no podemos identificar el origen de este malestar que está grabado en nuestro inconsciente. Las personas evitan que afloren las experiencias y para ello se desarrollan defensas como la negación y las proyecciones. Éstas defensas crearán, a la postre, más daños que beneficios.

«Hasta que no te hagas consciente de lo que llevas en tu inconsciente, éste último dirigirá tu vida y tú le llamarás destino.»

Carl Gustav Jung

¿Qué sucede si se mantiene el estado de ansiedad?

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   La ansiedad mantenida durante un cierto tiempo es beneficiosa porque nos lleva a tomar acciones orientadas a evitar un potencial peligro. Hablamos de estar en alerta para sobrevivir, para actuar y evitar un daño. Evitamos un peligro que “estimamos” importante pues puede atentar contra nuestra integridad, ya sea física, mental o espiritual.

Para estar alerta necesitamos emplear muchos recursos, mucha atención. Mantener un elevado nivel de alerta es posible, pero si el tiempo se prolonga, el cuerpo y la mente empiezan a manifestar síntomas de agotamiento, de tensión y descontrol.

La sensación de ansiedad deja de ser preventiva, constructiva y adaptativa y se convierte en algo insano.  Este estado, sin ser peligroso en sí, hace de la vida una experiencia desagradable, destructiva y dolorosa.

Si la angustia es elevada, permanente y no sirve para solucionar los problemas, se convierte en un problema por sí misma. Quizás sea el momento de buscar ayuda profesional.

Ocultar o reprimir la ansiedad produce, de hecho, más ansiedad.

Scott Stosse

Síntomas de la ansiedad

la duda

Cuando permanecemos en alerta de forma excesiva mantenemos nuestro organismo en tensión, listos para actuar rápidamente, atentos a mil señales externas e internas… Y el organismo empieza a descontrolarse y nuestro sistema nervioso nos comunicará la información de forma ambigua y desorientada. Como resultado de este estado de alerta permanente pueden aparecer muchos síntomas a diferentes niveles:

  • Físicos: Dolor de estómago, agotamiento, cansancio, dolor y opresión en el pecho, contracturas y rigidez muscular, exceso de sudoración sobre todo en las palmas de la mano y rostro, taquicardia, hormigueo en ciertas zonas del cuerpo, mareos y náuseas que pueden provocar vómitos, sensación de falta de aire, micromovimientos constantes, temblores…
  • Conductuales: Permanente estado de alerta y vigilancia, se hace muy difícil permanecer en un lugar estático, impulsividad, estado de tensión, mantener las mandíbulas apretadas, se incrementa la impulsividad, conductas de evitación que incrementan la inseguridad…
    • Cognitivos: al mantener la atención en “otras cosas” nos despistamos con facilidad, la memoria falla, nos hablan y no escuchamos, se vive en la duda constante, irritabilidad, las expectativas tienden a ser negativas, confusión mental, se magnifica lo negativo y no se valora lo positivo, suspicacia excesiva, se aumenta la susceptibilidad, pensamientos constantes de autoboicot, la persona se preocupa por cuestiones que pueden parecer irrelevante…   En general, la persona ansiosa dedica excesivo tiempo a pensar y anticipar el futuro. En todos los posibles problemas que puedan aparecer. Quiere tener todo bajo control y puede centrarse en la salud, el dinero, la pareja, el trabajo, la familia… Anticipa cómo han de sucederse los acontecimientos y si no ocurren como lo ha programado siente inseguridad. En su mundo todo son dudas e incertidumbre. Le resulta muy difícil vivir las situaciones en el momento presente. Evita los conflictos ya que la opinión de los demás le afecta mucho. Se desvaloriza mucho a sí mismo y se siente inferior a los demás.Le cuesta mucho expresar sus emociones y sensaciones. Tiene problemas de mantener una conversación. Sufre en exceso los males de los demás e intenta protegerlos para que no sufran. Le cuesta mucho negarse a algo si se lo piden. Tomar una decisión les supone un trabajo enorme y después la cuestionan una vez la hayan tomado.Siente gran insatisfacción porque ve como no puede disfrutar de la vida como los «demás». Su pensamiento «le ataca» constantemente buscando fallos y enfermedades inexistentes. Los pensamientos pueden ser  repetitivos e irracionales, buscando constantemente un error en su planteamiento. Exagera mucho los problemas y «hace una montaña de un grano de arena».Suele mostrar un pensamiento basado en expectativas rígidas que dan paso a los «tendría o debería». Busca constantemente hacer cosas y disfrutar de lo que hace le resulta muy difícil. Se siente vulnerable y sensible evitando todo lo que asocie al sufrimiento.Comete excesos para rebajar la tensión: alcohol, comida, compras, televisión…

Reflexiones sobre la ansiedad

los sentidos

Pensar y anticipar lo que puede ocurrir es absolutamente normal para el ser humano. Gracias a ello podemos evitar muchas situaciones que pueden poner en peligro «real o imagináriamente» nuestra vida.

 

Sentir ansiedad durante unos días porque un acontecimiento importante va a tener lugar próximamente es normal. Se trata de una ansiedad saludable que puede prevenir muchos errores al activar nuestro organismo.

Si te vas a presentar a un exámen, vas a tener una reunión importante, si tienes miedo a salir de noche porque te pueden atracar… Todas éstas situaciones son normales y pueden provocar síntomas físicos de ansiedad.

Estar preocupado por algún motivo y sentirse bajo de ánimo durante unos días es normal. Sin duda puede ser un buen momento para reflexionar y tomar decisiones que puedan mejorar la situación y evitar consecuencias no deseadas en el futuro.

«La preocupación no elimina el dolor del mañana, sino que elimina la fuerza del hoy.»

Corrie ten Boom

Ansiedad como problema

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  Cuando la ansiedad se convierte en un problema es cuando se produce un «exceso«. Exceso de anticipación en los acontecimientos, de preocupación por el futuro, exceso de control… Y este exceso te paraliza, detiene tu vida y los síntomas físicos se hacen habituales. Este permanente estado de angustia, de agobio, se hacen tan intensos que detienes tu vida por la ansiedad. Cuando interiormente estás siempre en tensión dando excesiva atención a detalles «sin importancia». Es entonces cuando puede ser adecuado buscar ayuda profesional.

Un detalle importante es que la ansiedad se puede producir por la anticipación de un peligro real o imaginario. Es fácil comprender entonces como la persona se puede sentir aislada del mundo e incomprendida en su malestar. Se puede producir un aislamiento de su entorno y seres queridos que rebaja mucho su calidad de vida. En este momento se puede sentir rechazada por las demás

«La ansiedad: una dolencia difícil. El paciente cree tener por dentro algo parecido a una espina, algo que le pincha las vísceras, y las náuseas lo atormentan.»

Hipócrates.

Tipos de Ansiedad:

1 – Trastorno de Ansiedad Generalizada

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Se produce cuando una persona experimenta ansiedad intensa habitualmente y no solo en las situaciones estresantes.  Se siente muy preocupada por largos periodos de tiempo con ideas irracionales. La sensación de ansiedad afecta e interfiere, de alguna forma, en la vida de la persona.

Si ante una situación estresante mostramos ansiedad y una vez pasada la situación desaparece hablamos de «ansiedad estado«. Este tipo de sensación es normal y adaptativa. No obstante, si la sensación permanece excesivo tiempo y se hace habitual en la persona hablamos de «ansiedad rasgo«. Si esta ansiedad interfiere en la vida de la persona hablamos de trastorno de ansiedad generalizada.

«El peso de la ansiedad es mayor que el del mal que la provoca.»

Daniel Defoe: “Robinson Crusoe»

2 – Trastorno de Pánico

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El trastorno de pánico se produce en la persona que súbitamente se siente en un peligro de muerte inminente sin que haya ningún peligro «real» que lo desencadene. Éstos ataques de miedo y terror cuando aparecen de forma repetida reciben el nombre de ataque de pánico. La persona que sufre un ataque de pánico puede tener la sensación de que le falta el aire pese a estar hiperventilando, le duele el pecho, mareos, palpitaciones…

Pueden ser tan intensos que debilitan mucho a la persona y le provocan un gran impacto emocional. Aparece el miedo a que se produzca un nuevo episodio y la ansiedad se hace habitual.

Es fácil que la agitación interior se focalice hacia un hipotético problema de salud y esto cause una gran preocupación en la persona. Puede sentirse agobiada y temer que se está volviendo loca, que tiene problemas de corazón…

Se establecen nuevos patrones de comportamiento en la persona que evita posibles situaciones que le pueden provocar un nuevo ataque de pánico. La persona deja de hacer actividades habituales que le son beneficiosas por la posibilidad de tener un ataque durante ésas actividades.

La frecuencia de los ataques es muy variable y su duración es corta, no excediendo los veinte minutos.

Una vez se producen es fácil que la persona los comience a asociar a lugares, situaciones, personas… Y la evitación de éstos posibles detonantes conduce a una variación importante de la vida de la persona.

Recordemos que la evitación es una característica habitual en la persona que se siente ansiosa.

«Ninguna pasión como el miedo, le arrebata con tal eficacia a la mente la capacidad de actuar y razonar.»

Edmund Burke.

3 – Agorafobia

  Es el miedo y la evitación a ir o permanecer en espacios abiertos, lugares o situaciones donde es más difícil recibir ayuda si «algo ocurre». Situaciones de las que no puede escapar fácilmente en caso de que ocurra algo. La persona anticipa que pueda tener un ataque de pánico o un nivel elevado de ansiedad en un lugar o situación en la que físicamente, o su imagen, puedan salir dañados. Esta anticipación provoca sentimientos de preocupación, que sientan vergüenza y frustración al sentir sus propias  limitaciones. Se produce el miedo al miedo. Como en todos los casos de ansiedad la persona quiere tener un gran control sobre todas las posibles situaciones.

La persona puede evitar o limitar viajar en automóvil, tren, barco, avión o autobús. Salir a la calle, asistir a cines o teatros, cruzar un puente, hacer cola, estar en una multitud… Pueden resultar situaciones muy difíciles por lo que se esforzará en que alguien de confianza le acompañe. Se produce así una sensación de dependencia de los amigos o familiares para proseguir con su vida. Al mismo tiempo puede sentir una gran desvalorización y una sensación de aislamiento de los demás.

Todo ello puede conducir a la persona a tener un sentimiento de culpabilidad porque observa que su estado está condicionando la vida de las personas de su confianza que le prestan algún tipo de ayuda. Las limitaciones van haciendo que la persona pueda tender a recluirse cada vez más en su casa.

Algunas personas pueden buscar alivio en el alcohol, drogas…

«La soledad no llega por no tener personas a tu alrededor, sino por no poder comunicar las cosas que te parecen importantes a ti.»

Carl G. Jung.

4 – Trastorno Obsesivo Compulsivo (TOC)

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eguramente recordarás que alguna vez has podido comprobar dos o tres veces si has cerrado correctamente tu casa, tu coche o la oficina. En una vida con muchas situaciones diarias estamos realizando una acción mientras estamos pensando en otra. Se producen así pequeños rituales que nos ayudan a que nada de importancia se nos olvide.

Estás conductas repetitivas que hacemos de vez en cuando no tienen nada que ver con el trastorno obsesivo compulsivo. En el TOC la persona puede sentir una gran ansiedad y establece rituales, cadenas de acciones repetitivas, para reducir esta ansiedad.

En este trastorno las ideas, imágenes y pensamientos pueden invadir a la persona creando ansiedad por las obsesiones que experimenta. Para evitar la ansiedad se establecen conductas repetitivas denominadas compulsiones. Éstos rituales pueden agotar a la persona tanto mentalmente como físicamente.

   Los rituales suelen ocupar mucho tiempo a la persona que padece TOC y esto suele interferir en su vida diaria a todos los niveles. Es habitual que éstas personas muestren inseguridad y falta de autoestima.

Las causas pueden ser múltiples: factores genéticos, antecedentes familiares, padres excesivamente controladores que no supieron
reforzar la autoestima de sus hijos, excesiva preocupación en los niños… Lo cierto es que parece una combinación de diferentes factores ambientales, biológicos y sociales, los que están detrás de este trastorno.

También son muchas las teorías que intentan explicar este trastorno y, en mi opinión, todas ellas tienen su parte de razón. La búsqueda de aprobación por parte del hijo ante unos padres que no han sabido transmitir emocionalmente. Padres excesivamente protectores, rígidos, fríos…

«El optimismo es la fe que conduce al éxito. Nada puede hacerse sin esperanzas y confianza.»

Hellen Keller

5 – Trastorno por Estrés Postraumático (TEPT)

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Seguramente recordarás que alguna vez has podido comprobar dos o tres veces si has cerrado correctamente tu casa, tu coche o la oficina. En una vida con muchas situaciones diarias estamos realizando una acción mientras estamos pensando en otra. Se producen así pequeños rituales que nos ayudan a que nada de importancia se nos olvide.

Estás conductas repetitivas que hacemos de vez en cuando no tienen nada que ver con el trastorno obsesivo compulsivo. En el TOC la persona puede sentir una gran ansiedad y establece rituales, cadenas de acciones repetitivas, para reducir esta ansiedad.

   En este trastorno las ideas, imágenes y pensamientos pueden invadir a la persona creando ansiedad por las obsesiones que experimenta. Para evitar la ansiedad se establecen conductas repetitivas denominadas compulsiones. Éstos rituales pueden agotar a la persona tanto mentalmente como físicamente.

Los rituales suelen ocupar mucho tiempo a la persona que padece TOC y esto suele interferir en su vida diaria a todos los niveles. Es habitual que éstas personas muestren inseguridad y falta de autoestima.

Las causas pueden ser múltiples: factores genéticos, antecedentes familiares, padres excesivamente controladores que no supieron
reforzar la autoestima de sus hijos, excesiva preocupación en los niños… Lo cierto es que parece una combinación de diferentes factores ambientales, biológicos y sociales, los que están detrás de este trastorno.

También son muchas las teorías que intentan explicar este trastorno y, en mi opinión, todas ellas tienen su parte de razón. La búsqueda de aprobación por parte del hijo ante unos padres que no han sabido transmitir emocionalmente. Padres excesivamente protectores, rígidos, fríos…

«Cuanto más grande es la herida, más privado es el dolor.»

Isabel Allende

6 – Fobia Social

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   También se la conoce como trastorno de ansiedad social (TAS). Se produce cuando la persona experimenta un gran temor a una o diferentes situaciones sociales por la posibilidad de que puedan ser una amenaza para su autoimagen.

La sensación de vulnerabilidad provoca la evitación, consciente o inconsciente, de todas aquellas situaciones «peligrosas». La ansiedad aparece como consecuencia del estado de alerta ante las situaciones amenazantes.

Los síntomas pueden ser: sudoración excesiva, taquicardia, ruborización, náuseas…

La persona trata de afrontar las situaciones con diferentes estrategias; hablar muy rápido, consumo excesivo de alcohol o drogas…

Este tipo de ansiedad es muy común en la sociedad actual donde dar una buena imagen de nosotros a los demás resulta algo casi «imprescindible».

«El que teme sufrir, ya sufre el temor.»

Proverbio Chino

7 – Fobia Específica

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Muchos de nosotros podemos tener miedo a ciertas situaciones, animales, cosas, lugares o estímulo concreto. Esta respuesta es del todo natural pero cuando la respuesta que experimentamos es «excesiva e irracional» puede que estemos presentando una fobia específica.

La ansiedad aparece porque la persona quiere evitar como sea el estímulo que le provoca tanto miedo. Cuando éstas conductas de evitación se hacen extremas pueden interferir en la vida de la persona reduciendo su sensación bienestar.

Lo que produce el miedo puede ser muy variado:

  • Inyecciones, sangre o heridas.
  • Arañas, perros, insectos, serpientes, cucarachas.
  • Rayos, relámpagos, tormentas, precipicios.
  • Ir al dentistas, personas disfrazadas.
  • Volar, túneles, ascensores, puentes, transporte público.
  • A las alturas, a los espacios pequeños.

No existe estímulo que no pueda representar una amenaza para alguien por lo que cualquier cosa puede ser el «disparador» de una fobia específica.

La terapia cognitivo-conductual y suele dar buen resultado para superar las fobias.

«Peor que la muerte, el miedo a morir. Peor que el miedo a morir, el miedo a vivir.»

Anónimo

Tratamiento de la ansiedad

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Técnicas más adecuadas que s e utilizan en la terapia de los trastornos de ansiedad:

  • Terapia psicológica: cognitivo-conductual, hipnosis, relajación, técnicas conductuales de afrontamiento…
  • Terapia farmacológica: el médico prescribe uno o varios fármacos y revisa periódicamente el tratamiento.

Las terapias no son excluyentes, es decir, una persona puede seguir la terapia farmacológica y la psicológica simultáneamente.

La hipnosis, según mi experiencia, es un método muy efectivo para mejorar los estados de ansiedad. No obstante, cada persona tiene una disposición a ser hipnotizada diferente, por lo que los resultados variarán dependiendo de la persona.

«Exceso de pasado, depresión. Estrés, exceso de presente. Exceso de futuro, ansiedad.»

Anónimo

Estrategias que pueden mejorar el estado de ansiedad

Psicólogo Marbella - Miguel Ángel Cueto

1 – Tomar la decisión de relajarse, de tomarse la vida de forma más tranquila, Tomar consciencia de que nos merecemos una vida más relajada. La autoestima saldrá fortalecida basada en la autovaloración. “Merezco una vida tranquila.”

2 – Analizar e identificar lo que te provoca la ansiedad:

  • Causas objetivas: como sentir presión por la vida diaria, la complejidad de las relaciones sociales, la obligación de realizar tareas con un tiempo limitado. Se nos exige objetivamente un exceso de tareas a realizar en un tiempo insuficiente o muy justo.
  • Causas subjetivas: queremos hacerlo todo perfecto, controlarlo todo, que nada ocurra distinto a como lo hemos planteado. Este tipo de personas suele presentar problemas de ansiedad y reaccionan de forma compulsiva.
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3 – Descansar adecuadamente: dormir siete u ocho horas es importante para que nuestro cuerpo y la mente puedan tomarse el descanso que necesitan en la exigente vida de nuestra sociedad.

4 – Hacer cosas que nos gusten, distiendan y relajen diariamente. El yoga, taichi, meditar, bailar, escuchar música, escribir… pueden ser actividades muy beneficiosas.

5 – La respiración abdominal es muy beneficiosa para el organismo y puede ayudar a establecer la calma en tu vida. Es sencilla: aprende a respirar dirigiendo la presión del aire hacia el estómago. Aprende a respirar lenta y profundamente.

Toma consciencia de que tu disposición es importante

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6 – Expresa cómo te sientes, es muy beneficioso expresar tus sensaciones. Pero no sobrecargues a los demás. Ser asertivo rebaja mucho la presión interior.

7 – Aprende a vivir con calma. Tómate la vida con más tranquilidad.

8 – Cultiva el sentido del humor y ríete tan amenudo como puedas. La risa es muy beneficiosa tanto física como psicológicamente.

9 – Comprende que no hay atajos rápidos para evitar la ansiedad. Superar la ansiedad es un proceso y requiere su tiempo. No caigas en la trampa de consumir alcohol, drogas o fumar para evitarla.

10 – Aliméntate bien: cuida tu salud y evita excesos. Existen alimentos con los que tendrás precaución como el azúcar blanca, el café, el te negro…

Superar la inercia es posible

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11 – El ejercicio físico tiene aquí una gran importancia al tener un papel crucial como regulador del organismo.

12 – No intentes evitar la ansiedad, procura afrontarla.

13 – Ayudar a los demás puede ser una experiencia muy beneficiosa para ti.

14 – Queda con amigos y disfruta de ellos.

15 – Aprende a delegar tareas en los demás. Recuerda que no eres imprescindible.

Tu inconsciente puede ser tu aliado

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16 – Aprende a hacer ejercicios de relajación. Imagínate lo que temes y lo mantienes todo el tiempo que necesites hasta que dejas de sentir malestar. Este ejercicio requiere tiempo y práctica pero puede ser muy beneficioso. Un terapeuta preparado puede ayudarte.

17 – Organiza tu tiempo y ten presente que cada tarea requiere su tiempo. No quieras hacer más de lo que puedes. Recuerda que eres un ser humano, recuerda que tienes un límite.

18 – El estrés es un aliado si no supera ciertos límites, aprende a verlo como tu amigo.

19 – Los baños de agua caliente con esencias pueden ser muy beneficiosos si te gustan. Unas gotas de lavanda potencian la experiencia.

20 – Abrázate y pide que te abracen. Quizás sea una experiencia mucho más interesante de lo que te parece.

Tu filosofía de vida puede cambiar

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21 – Tómate la vida de otra forma y cambia tu filosofía de vida.

22 – Agradece a la vida y a tu corazón todo lo que te ofrecen.

23 – Si tu filosofía de vida te ha llevado a la ansiedad está claro que que tendrás que cambiar esa  forma de pensar y actuar si quieres sentirte diferente.

Si quieres salir de ese terreno conocido quizás ha llegado el momento de dejar tu zona conocida, tu zona de confort, lo que te ha conducido a la ansiedad.

24 – Tu puedes lograr superar la ansiedad, no te quepa la menor duda. Aprovecha esta oportunidad para introducir cambios en tu vida y logra salir más fuerte y más capaz.

25 – Dar excesiva importancia a lo que dicen los demás de nosotros no trae nada bueno. Aprende a confiar en ti y en tu criterio.

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“Locura es hacer lo mismo una y otra vez esperando obtener resultados diferentes.”

Albert Einstein

Confiar es posible

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26 – Esfuérzate en confiar en ti ¿qué tienes que perder?.

27 – Si te das cuenta que un pensamiento es irracional, trabaja activamente para cambiarlo.

28 – Aprender a vivir el momento presente es importante. Las técnicas de relajación, meditación, zen, mindfulness pueden ser muy beneficiosas.

28 – No lo dudes, la ansiedad puede ser la mejor maestra de tu vida. Si la aprovechas encontrarás la mejor versión de ti en una vida con infinitas posibilidades. Encuentra tu valentía, afronta las situaciones con paciencia.

«Los buenos luchadores de antaño primero se ponen bajo la posibilidad de ser derrotados y entonces esperan a una oportunidad para derrotar al enemigo.»

Sun Tzu

Psicólogo Marbella - Miguel Ángel Cueto

Psicólogo Marbella – Psicoterapia

 



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