Ciclos estacionales y los trastornos psicológicos

Puede parecer que nuestro estado de ánimo está desconectado de todo lo que nos rodea, no obstante, nada más lejos de la realidad. El medio en el que nos movemos influye directamente en nuestra forma de percibir la realidad y cómo sentimos. Los ciclos estacionales pueden afectar a nuestro estado de ánimo y a los posibles trastornos psicológicos que podemos experimentar.

La luz es sin duda un factor muy a tener en cuenta pues nos influye mucho en nuestro estado de ánimo:

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Al llegar el otoño se reducen las horas de luz y la serotonina.

En otoño e invierno las hora de luz se reducen provocando una disminución de la serotonina, que es la hormona que regula el estado de ánimo y los cambios de humor. Esto puede provocar desórdenes afectivos de origen estacional. A su vez, al aumentar las horas de oscuridad aumenta la melatonina en sangre, incrementando nuestra sensación de cansancio y el deseo de dormir y descansar. La luz también influye sobre la dopamina que es una hormona que nos impulsa hacia la actividad física y el movimiento.

Varios trastornos psicológicos, como las depresiones, aumentan en otoño y primavera. Los equinoccios se producen el 21 de marzo y el 22 de setiembre. Recordemos que esto ocurre cuando la duración del día y la noche es muy similar.

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La luz nos incita a la actividad.

Parece que la relación entre depresión y luz es fácil de explicar en otoño cuando los días se van acortando y la serotonina y la dopamina descienden, aumentando la melatnina. No obstante, parece que el incremento de depresiones en primavera puede estar relacionado con la capacidad adaptativa de cada persona a los nuevos estímulos que nos ofrece la primavera, luz, aumento de temperatura… pero actualmente se desconoce las causas de este aumento así cómo de la astenia primaveral.

Recuerda el refrán:

La primavera la sangre altera”

Nuestro estado de ánimo y lo que nos sentimos obligados a ofrecer a los demás:

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Los ciclos estacionales… la playa y mostrar nuestro cuerpo.

Los casos de bulimia y anorexia se incrementan en las estaciones de primavera y verano, que curiosamente es cuando hay más posibilidades de que mostremos nuestro cuerpo en público. Al conceder una excesiva importancia a lo que puedan pensarlos demás sobre nuestro cuerpo. Quizás no le damos a nuestra propia opinión la importancia que se merece.

En los periodos donde nos tenemos que reunir “obligatoriamente” con nuestros familiares, como en las navidades,  aumenta la inestabilidad emocional en muchas personas. Ello es causa de numerosos trastornos. Son momentos donde la comida tiene un papel principal y donde abundan los problemas de indigestiones. Puestos a pensar,  quizás la comida nos sienta mal,  no por los alimentos ingeridos sino por las personas que nos acompañan mientras los ingerimos.

Dos situaciones pueden son proclives a incrementar la posibilidad de trastornos psíquicos:

La presión percibida puede afectarnos.

La presión percibida y la autoexigencia puede afectarnos profundamente.

– Los momentos de gran autoexigencia personal; inicio de unos estudios (setiembre, octubre), comenzar en un nuevo trabajo…

– En las situaciones que sintamos una gran presión por las expectativas que tienen los demás sobre nosotros; son momentos donde se incrementa el miedo a que nuestra autoimagen quede dañada.

Los trastornos de ansiedad aumentan cuando se acerca un momento que interpretamos como decisivo en nuestras vidas. Las dudas sobre nuestra capacidad se incrementan y tu cuerpo puede somatizar esta tensión.

¿Nos afectan los cambios físicos ecternos?

La luna llena… siempre tan misteriosa.

La luna llena, curiosamente, no afecta al ser humano en cuanto a trastornos psicológicos se refiere. Eso es lo que nos dicen las estadísticas. Ni los incrementa ni los reduce. La sabiduría ancestral, por el contrario, si relaciona directamente la luna llena con comportamientos alterados en los seres humanos. Hoy en día no está demostrado, pero quizás en un futuro si se hallen ciertas relaciones. Personalmente creo que el ser humano está muy relacionado con su entorno y que si este varía, el organismo responde a éstos cambios con ciertas variaciones adaptativas, aunque sean imperceptibles.

Los ciclos estacionales nos afectan.

La sincronicidad del ciclo menstrual con la luna sí que parece manifestarse claramente; ambos son de 28 días. Parece ser que en el pasado lo habitual era que la mujer tuviese la menstruación durante la luna nueva y la ovulación con la luna llena. El alumbrado de luz artificial, el uso permanente de tablets, móviles, ordenadores… puede afectar al ciclo natural femenino.

Como vemos los ciclos estacionales nos afectan:

  • Directamente; mediante variaciones de la serotonina , dopamina…
  • Indirectamente: al producirse situaciones que van a exponernos a posibles factores desequilibrantes como ir a la playa, comenzar un nuevo curso de estudios…

¿Podemos hacer algo para mejorar nuestra adaptación a los ciclos estacionales?

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Busca tu propio sol en la vida.

En mi opinión se puede hacer mucho:

  • El ejercicio físico es excelente como regulador de muchas funciones de nuestro organismo. Uno de sus efectos es que potencia la serotonina, la dopamia, etc. Esto nos ayuda pudiendo mejorar nuestro estado de ánimo sin depender de la estacionalidad.
  • Aumentar nuestra autoestima reconociendo todos aquello que ya hacemos bien y  trabajando en aquellos aspectos psicológicos que nos puedan ayudar a nuestra superación personal.
  • Vigilar nuestra dieta para que nuestro organismo disponga de todos los nutrientes que nesesita para tener una salud óptima.
  • Si eres de los qe ve el vaso medio vacio quizás ha llegado el momento de reinventarte y cambiar tu perspectiva de la vida.

«Incluso la noche más oscura terminará con la salida de sol»

Victor Hugo

Psicólogo Marbella - Miguel Ángel Cueto

Psicólogo Marbella – Psicoterapia

 



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